septiembre 18, 2012

ellas procuran







El aborto, como la maternidad, es asunto que debe 
decidir la mujer concernida y sólo ella. 
Los demás tienen derecho a asentir.



El procurador Ordoñez pretende hacernos creer que su interés es proteger la vida. La vida de niños que aún no han sido insertados a la fuerza mediante violación en algún vientre adolescente o de niños clínicamente inviables que aún no han sido concebidos.

En cambio, la vida de verdad, la vida de nuestros niños natos no le interesa.

A pesar de que, desde el discurso inaugural de su mandato, Juan Manuel Santos admitió lo que ya se sabía desde hace tiempo, al reclamar a los grupos armados ilegales que 'nos devuelvan nuestros niños',
A pesar de que nuestras propias fuerzas armadas legales imponen de gana o de fuerza el servicio militar a nuestros jóvenes apenas salidos de la infancia,
A pesar -en últimas- de que la principal actividad económica del país sea la guerra y son nuestros niños quienes la libran,

El señor procurador no encuentra nada que decir. 

No encuentra nada que decir cuando el gobierno ordena bombardear a discreción, a sabiendas de que su solicitud inaugural no ha sido escuchada sino, bien al contrario, el reclutamiento forzado de niños ha arreciado, en todo el territorio, por toda clase de grupos criminales que les imponen entrenamientos macabros indecibles.
No se preocupa el señor procurador de los protocolos que deben proteger esas vidas sagradas. No vigila que sean aplicados. No investiga si han sido violados.
No le inquieta que, gracias a los eufemismos de la masacre, el éxito se cuente en bajas, resultados, positivos, héroes… que no son otra cosa que los cadáveres de nuestros hijos.


 No se inquieta tampoco el procurador Ordoñez de aquellos niños que sufren la negligencia del Estado en campos y ciudades, los desplazados, los hijos de nuestras Primeras Naciones… abandonados a la miseria, la violencia y la hambruna
No cuestiona el señor procurador el hecho de que los programas a ellos destinados no sean aplicados. No averigua a dónde van los recursos. No investiga a los funcionarios abusivos y/o negligentes…



No nos impresiona el señor procurador con sus poses integristas. Al contrario. Personalmente me inspiran la más profunda desconfianza. Es bien sabido que los más asquerosos pedófilos se esconden debajo de las sotanas y se agarran del rosario. Y también que los más feroces homofóbicos son a menudo homosexuales que se ignoran o quieren ignorarse.
La desconfianza se acentúa cuando el procurador viola la Constitución e irrespeta las leyes y los preceptos que debe defender. Cuando se amanguala impúdicamente con los mismos funcionarios que debe vigilar.


Ni dios ni el procurador ni nadie puede imponernos la obligación de seguir pariendo hijos para la guerra, la ignominia, la miseria.
 Ese dossier ya se lo hemos dejado a dios mucho tiempo y estamos cada vez peor.
La discusión del aborto terapéutico ya la dimos y no vamos a retomarla con el procurador ni con nadie. La justicia se ha pronunciado y no le corresponde al procurador contestarla sino acatarla. 
 Las siguientes discusiones a propósito de maternidad y reproducción no requieren la opinión del procurador ni de otros funcionarios. Discutiremos entre mujeres y les haremos parte de nuestras conclusiones para que den cumplimiento a sus funciones que, se les recuerda, son prestarnos servicio.

Teniendo en cuenta que el procurador ha vulnerado los derechos de las mujeres y nos ha irrespetado con su patético paternalismo y  también ha irrespetado la justicia, nosotras no lo queremos más a nuestro servicio. Lo declaramos insubsistente.
Es probable que logre hacerse reelegir gracias a la corrupción y el clientelismo. En tal caso que no cuente con nuestro respeto ni nuestra confianza. No reconocemos su autoridad. No acataremos su palabra.
Ya sabemos que es sólo un triste payaso sin autoridad moral.